domingo, 20 de abril de 2014

De libros: Paul Auster

¿Será una manía mía amar los autores que me dan para leer? Ya me pasó con Victor Hugo y sus miserables (siendo que leí primero Nuestra señora de Paris, pero ese es otro cuento, desde siempre he soñado con leerlo), y ahora me sucede con el señor Paul Auster.

¿Que si es bueno? Podría decirse que sí (mejor dicho, leerlo es como si te contara las palabras al oído en una merienda infinita). Realmente, imaginé a Paul Auster tal y como retrata a su homónimo en Ciudad de Cristal. Algo más joven, rubio y si he de ser sincera, guapo. Pero no guapo de la manera en que me agradaría alguien, sino un ente guapo de pasarela. No sé si me entienden.
Ver a este señor de aquí me parece alguien que se divierte mucho con la vida. Quiero decir, vive para reír, y si no, muestra una gama de emociones diferentes para que el resto pueda ser tan risueño como él... algo así como un actor. Además, su mirada profunda y saltona es muy bien acompañada por una sonrisita, ¿no les parece?

O de como un escritor jugó a ser detective
Ahora, los libros. Ciudad de cristal es el primer libro de la Trilogía de Nueva York. ¿Por qué "Ciudad de Cristal"? Se llama así porque se desarrolla en Nueva York, as know as, una ciudad influenciada por una corriente arquitectónica que utilizó el cristal como una manera de espejo impermeable e impenetrable, donde solo vemos una imagen superficial distorsionada. O al menos eso me dijo mi profesor de lenguaje.
Nos habla de Daniel Quinn, un escritor con fragmentos de su vida y personalidad extraviados como consecuencia de la vida perdida al morir su esposa y pequeño hijo. La acción empieza con una llamada en medio de la noche que desencadena un cambio en la vida de Quinn. La persona al otro lado de la bocina pregunta por el detective Paul Auster (¡Anda, como el autor!) para un caso que no puede esperar más, bla, bla. Al final acepta, porque tomando en cuenta que su género eran los libros de suspenso, el trabajar de detective le serviría como un camino a encontrar el sentido de su vida (Vamos, que escribir millones de novelas pseudo-exitosas no le llenaba para nada).
Así, Quinn (el ahora llamado Auster) pone su corazón y alma en el caso llegando a estrujar a más no poder todas las pistas que posee (encontrar dibujos en las rutas que hacía su investigado todos los días, y que estos ordenados al azar significaran el plan maestro que buscaba... eso no parece muy lógico), escribiendo y dibujando paralelamente en un cuaderno rojo que adquiere una especial atención hacia el final.

En este libro, Paul Auster (el autor) juega con el lenguaje, al tratar el tema del origen del lenguaje de una manera mas bien práctica, y con la identidad, al darle a Quinn muchos roles y nombres distintos dentro del libro (Max Work, William Wilson, Daniel Quinn, Paul Auster...), y además le da connotaciones diferentes a cada uno de esos nombres.

Siendo un libro que me abrió las puertas de P. Auster, y que me mantuvo intrigada y atenta durante todo el libro, se merece mis respetos.

Y, como plato principal: Leviatán


O la vida de Ben Sachs
A ver si me acuerdo, pues ya va un mes desde que lo leí... Me gustó, pero no saben cuanto. Trata sobre un escritor medianamente famoso, Peter Aaron, que escribe un libro. Este libro es el testimonio de la vida de su mejor amigo, Benjamin Sachs. Pero, ¿por qué haría ese trabajo? Sucede que lo han relacionado con una persona anónima hecha pedazos por una bomba, y Peter sabe que es su amigo al que no ve hace tanto tiempo. Decidido a poder hacer entender el caso de manera más o menos objetiva, cuenta la historia desde el momento en que lo conoció hasta la muerte de Ben.

A la par que se avanza, Peter relaciona a todos los personajes dentro del relato, pues al ser Sachs un personaje demasiado callado sobre si mismo, es necesario recurrir a otras personas que estuvieron relacionadas íntimamente con él (amigos en común, personajes que, luego de aparecer en los relatos, surgen como entidades reales, etcétera).
Al igual como en el libro anterior, el protagonista también es un escritor, y Peter bien podría funcionar como un alter ego de Paul Auster. Podemos ahondar en lo complicado que son las relaciones humanas entre todos los personajes (el amorío autorizado entre la esposa de Ben y Peter, la amante despreocupada de Peter que se enamora de Sachs) sin que llegue a parecer una telenovela, dándose todo un tiempo, un lugar y una razón.

He de decir que no llegué a amar a Benjamin Sachs, pero éste es un personaje tan atrapante que no puedes dejar de seguirlo en sus múltiples aventuras y desvaríos. Y están María Turner con sus proyectos loquísimos que hasta te dan ganas de intentar (como recorrer todo tu país con solo un camión como casa), la simpatiquísima hija de Lillian (que, en mi opinión, debió haber aparecido más), y la celosa pero vulnerable esposa de Ben, Fanny. Es, realmente, un libro que me ha gustado muchísimo.

¿Alguien ha leído ya estos dos libros? ¿Mis impresiones serán correctas o equivocadas? ¿Cómo responder a estas interrogantes, Dios mío?

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